viernes, 24 de enero de 2014

EL SECRETO DE TODOS LOS CUENTOS

1- Todas las niñas y niños, de cero a cien años, sin distinción de raza, idioma o religión, tienen derecho a escuchar los más hermosos cuentos, mitos y leyendas de la tradición oral de los pueblos.

2- Todo ser humano tiene pleno derecho a exigir que sus padres y madres les cuenten cuentos a cualquier hora del día.

3- Quien no tenga a nadie que le cuente cuentos, tiene absoluto derecho a pedir al adulto de su preferencia que se los cuente, siempre y cuando éste lo haga con amor y ternura, que es como se cuentan los cuentos.

4- Todas las niñas y niños tienen derecho a escuchar cuentos sentados en las rodillas de sus abuelos. Aquellos abuelos que carezcan de nietos y nietas están en libertad de acudir a escuelas y parques donde podrán contar cuantos cuentos quieran.

5- Las personas adultas están en la obligación de poner al alcance de las niñas y los niños todos los libros, cuentos y poesías de diferentes autores.

6- Toda persona tiene derecho a inventar y contar sus propios cuentos, así como a modificar los ya existentes creando su propia versión.

7- Las niñas y niños tienen derecho a exigir cuentos nuevos. Lo único obligatorio es que sean hermosos y cautivantes.

8- Las niñas y niños siempre tienen derecho a pedir otro cuento y a pedir que les cuenten un millón de veces el mismo cuento.

9-Todas las niñas y niños del mundo tienen derecho a crecer acompañados de las hadas madrinas, del “colorín colorado” del final de los cuentos y del inmortal “había una vez”, palabra mágica que abre las puertas de la imaginación hacia los sueños más hermosos de la niñez.

¿Qué os parece? He encontrado esta declaración universal del derecho a escuchar cuentos y me ha encantado. A mí de pequeña mi madre me contaba cuentos, y puedo asegurar que me gustaban más que la película en VHS de Blancanieves, la cual veía 2 o 3 veces seguidas, según la época.

Contar cuentos es necesario en la vida del niño, ahora es bastante difícil porque a los padres y abuelos cuentacuentos les a sustituido el televisor y las videoconsolas ( y lo más triste es que en muchos casas tanto niños como adultos están encantados). Normalmente escuchamos que los padres están muy ocupados, que tienen mucho trabajo y luego mucho que hacer en casa, pero,¿ a caso tus hijos no se merecen un cuento?¿tanto te cuesta? Contar un cuento por las noches tampoco consiste en que se queden dormidos. Cuando les contamos cuentos a los niños estimulamos su imaginación y su lenguaje. Contar cuentos beneficia mucho a los niños, les hace ser mas reflexivos, les ayuda a combatir sus temores, estimulamos sus ganas de expresarse, amplían su capacidad de reflexión, y un sinfín de beneficios que estamos privando a los más pequeños por, muchas veces, vaguería.

No debemos olvidar que los cuentos se cuentan porque el ser humano necesita comunicarse, y aunque estemos en la Era de la Comunicación e Información, aunque podamos hablar más que nunca pero sin estar juntos, insisto, no podemos olvidar que los niños no son adultos, que necesitan socializarse, desarrollar su expresividad, el simple hecho de estar con ellos ya les estimula emocionalmente y no debemos dejarlo de lado.

Durante este cuatrimestre Irune nos trajo a Pepa Martín “Mariscadora de Cuentos”: Cuando llegamos a clase ya lo tenía todo montado, la mesa llena de libros, de cuentos, de muñecos, de cacharritos… sentí que había magia en el aula. La verdad que creía que iba a estar contando cuentos todo el rato, pero hizo unas reflexiones muy profundas (a modo de historietas) con las que poco a poco íbamos entendiendo la importancia de los cuentos y de contarlos. Empezó diciendo que el olfato es la primera forma de comunicarse junto con el gusto, esta claro, ya que cuando nacemos identificamos el olor de nuestra madre y buscamos su pecho para mamar. Este sentido del olfato y el gusto tiene gran transcendencia en nuestras vidas ya que muchas veces vivimos experiencias que nos pueden o no gustar, acompañadas por algún olor… y resulta que pasa el tiempo, y ya ni siquiera nos acordamos de esas experiencias, pero puede llegarnos un olor y llenarnos de emociones, saber que algo has vivido aunque no recuerdes el que, las sensaciones pueden ser buenas o malas, pero el caso es que a ti este olor te recuerda a algo o lo identificas con algo. Este concepto de los olores también ocurre con los colores, ambos están muy asociados psicológicamente.

Es por este motivo, que cuando nos preguntan a que huele el cuento de caperucita roja, o como Pepa decía: Carapuchiña (en gallego) nos vienen olores a la mente, porque lo asociamos con la historia, nos vienen olores a campo, a comida, a bosque… a mi especialmente me venía olor a membrillo porque me imaginaba en la cestita un membrillo bien grandote. Es por esto que Pepa nos decía: “el hombre no es creador, es creativo”. El ser humano va creando su propio conocimiento a través de las experiencias que vive, y a partir de ella, de esa base no deja de trabajar su mente, me refiero a que si no se ha construido el mismo su base, no puede luego “inventar” su propia vida, siempre estará esperando a que le dirijan. Esta capacidad creativa, que sirve para todo el la vida, incluso para combatir problemas y obtener nuestras propias soluciones, es imprescindible desarrollarla desde bien pequeñitos, porque una vez que se abandona, cuesta mucho recuperarla. La creatividad da la felicidad.

Es por este motivo que como padres, y como profesores, debemos leerles cuentos a nuestros niños, habéis podido comprobar que tiene un gran trasfondo leer cuentos, pero nunca debemos olvidar que los cuentos también están hechos para entretener, aunque nosotros sepamos su secreto…

Estoy deseando, tener mi clase, con todos los niños y leerles cuentos todos los días, dedicar un poco de tiempo a entretenerles y a su imaginación, a que sean los más felices posibles solo durante ese ratito, el de cuentacuentos.

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