Cuando
oía la palabra folklore directamente lo relacionaba con algo viejo, y no sé
bien porque, también aburrido. Pero en realidad el folklore quiere decir
“tradición cultural”. Este concepto de tradición cultural abarca a todo lo que
es cultura, ya sea arte, gastronomía, danza… y forma parte de la esencia de una
cultura. Hay muchos campos del folklore pero en general se estudia desde la
antropología y la sociología.
Primero
de todo debemos diferenciar entre lo que es clásico, popular y folclórico, ya
que a primera vista son palabras cuyo significado parece el mismo ( o por lo
menos a mi me lo pareció ).
Lo
clásico viene marcado por algo que está asentado en la tradición cultural. Lo popular
es algo muy conocido o propio del pueblo.
Lo folclórico es algo tradicional que pervive en un pueblo.
A veces
en determinados textos se pueden juntar los 3 términos.
¿Qué
son los textos folclóricos o de tradición cultural? Esta fue mi primera respuesta: no tienen
autor, transmiten las características de la época, tiene fines morales, los
relatos son breves y son muy antiguos.
Estas
características no estaban mal del todo, pero si es cierto que descubrí muchas
más, ampliamos otras tantas, y eliminamos algunas que eran erróneas. Las
características reales de los textos folclóricos son las siguientes:
-
No tienen autor: podía ser real, inventada, boca a boca…
-
Existen distintas versiones de la misma: por ejemplo, Caperucita Roja.
-
Origen desconocido.
-
Se transmiten de forma vertical ( boca a boca) y horizontal (historias
de otros continentes).
-
No eran para niños.
-
Su función era entretener, no pretenden enseñar ni hay ningún objetivo
moralizante.
-
Reflejan la forma en que se vivía en las distintas épocas por las que
se pasaban.
-
Y por último, reflejan los sueños, miedos, deseos y esperanzas del
pueblo.
Adentrándonos
ya en los textos, cabe mencionar que la prosa folclórica tiene un catálogo muy
extenso.
Uno de los grandes estudiosos de
esta prosa didáctica fue Vladimir Propp ( antropólogo ruso)
Se dedicó al estudio de los
cuentos tradicionales rusos. Sus obras más importantes son:
-
Morfología del cuento de 1928
(que influyó a Barthes, Levi-Strauss, Greimas, etc.) y fundó el
estructuralismo.
-
Las raíces históricas del
cuento (1972).
En Morfología del cuento estudió 100 cuentos
maravillosos del folklore ruso. Observó que, entre cuentos de países muy
lejanos entre sí, había notorias similitudes.
También clasifico los textos
folclóricos de la siguiente forma:
-
De mitos: historias paraliterarias, de tema religioso…
-
De animales: incluyó fabulas ( representan vicios y virtudes humanos,
por ejemplo una zorra es igual a astucia). Son alegóricos. También incluye
cuentos de animales, es decir cuentos animistas en los que los seres humanos
son representados con animales. Estos se les solía contar a los niños y tenían
tanto carácter moralizante como didáctico.
-
De fórmula: la persona que los cuenta tiene que memorizar varias
fórmulas que sustentan el cuento. Por ejemplo la canción de los 5 lobitos.
-
Acumulativos: tiene una sola acción y se repite acumulando personajes,
por ejemplo la ratita presumida. También pueden ser cuentos infinitos.
-
De hadas o maravillosos: Es un relato construido sobre la base de un conjunto
reiterado de situaciones humanas para explicar aspectos de la vida. Incluye,
además, hechos extraordinarios que causan maravilla o admiración.
Nació
en tiempos remotos, se consuma en la comunidad oralmente, sobre todo, en el
campo, antes de pasar a la escritura. Se caracteriza por:
·
Espacio: genérico, indeterminado. “En un reino muy, muy lejano...”
·
Tiempo: fuera del tiempo, sigue una lógica especial que no es
cuestionada por el lector. “Había una vez, hace muchos, muchos años...”
·
Personajes: brujas, hadas, enanos, gigantes, ogros, duendes, animales
que hablan...
·
Objetos mágicos: elixires, talismanes, ungüentos, anillos, varitas...
·
Ritmo ternario: tres hermanos, tres pruebas...
Propp consideró que de todos los
cuentos lo que mejor representaban la literatura fantástica son los
maravillosos.
Un poco más
tarde Charles Perrault empezó a escribir también cuentos folclóricos
adaptándolos con moraleja final. En realidad los cuentos no eran para niños, si
no para jóvenes y adultos debido a la impactante intención final que quería
transmitir en cada uno de sus cuentos. Por este motivo hoy en día no se pueden
utilizar los cuentos de Perrault en el aula ya que las moralejas no son
adecuadas para la edad de los niños de primaria ni para el momento actual de la
sociedad. Por ejemplo:
Ya en el
romanticismo encontramos a dos de los grandes de la literatura folklórica: los
hermanos Grimm. Recopilaron cuentos alemanes (300) “cuentos de los niños y del
hogar”, pero no tenían ningún interés en cambiar nada. También recopilaron
cuentos de toda Europa.
Con el
tiempo decidieron suavizar algunas escenas de los cuentos, y aunque sean
adaptaciones mínimas, son más legibles para los niños.
En la época
del realismo encontramos a Charles Dickens, que escribía sobre niños de la
calle, pero el personaje más destacado en esta época fue Hans Christian
Andersen, quien para mantenerse empezó a escribir cuentos para niños, pero esto
le frustraba e intentó triunfar en el mundo de la ópera, pero no fue así. Los
cuentos de Andersen son cuentos realistas en los que no aparecen elementos
fantásticos. Un ejemplo de cuento de Andersen es “la pequeña vendedora de
fósforos.
También
tiene otra vertiente de cuentos de adaptación/inspiración como el “patito feo”.
Cerramos ya
el listado de escritores y adaptadores de la literatura folklórica y nos
centramos ahora en las partes de estas historias. En todos los textos hay un
planteamiento para conocer a los personajes iniciales y además siempre siguen
el mismo esquema. En el planteamiento hay un protagonista que vive en un núcleo
familiar que es más o menos satisfactorio. En el nudo, cuando llega a la
adolescencia abandona el núcleo familiar y se enfrenta a los peligros del
mundo. Inician un viaje a la vida adulta.
Ya sabiendo
todo esto, me hace pensar en cuando era pequeña. Mi madre me compro un libro
muy grande en el que venían muchos cuentos como el de “la hormiga y la cigarra”
y muchos más que a mí me encantaba que me leyera. No recuerdo si serían buenas
o malas adaptaciones de los cuentos folklóricos pero yo realmente los
disfrutaba mucho. Pero había uno que no estaba en aquel libro y que me gustaba
especialmente, y este era el de “la ratita presumida”. La verdad que de pequeña
ni me replanteaba de donde venía el cuento, yo me imaginaba que era una
historia que ocurrió de verdad, pues por aquellos tiempos mi pensamiento era
100% animista. Así que me entró curiosidad y empecé a investigar un poco sobre
los orígenes de este cuento. Me sorprendí cuando leí la versión original de
este cuento, porque se parecía bastante al de mi madre, pero ella le cambiaba
algunas cosas: añadía personajes, objetos antes que el lacito de la cola, la
forma de enamorarse del gato, y no había rescate por parte del ratoncito si no
que ella misma se buscaba la vida para deshacerse del gato. Al leer el de
Perrault, no me pareció que no fuera un cuento apto para niños, pero si me
pareció un poco simple… puede ser que este acostumbrada a esas adaptaciones que
hacia mi madre para que fueran más entretenidos.
Con esto me
doy cuenta de que no solo hay que adaptar aquellos cuentos folclóricos que
puedan tener alguna escena fuerte o impactante, sino que también se pueden
adaptar todos aquellos cuentos que nos parezcan cortos o simples, o simplemente
cuando creamos que podemos hacerlo más entretenido para los más pequeños.
La verdad
que no soy una gran lectora de literatura folklórica, pero con todo lo
aprendido sobre este tema consigo entender que si hacen falta los cuentos en
los niños, porque, si yo los tuve, ¿porqué no los iban a tener mis futuros
alumnos? Estos cuentos a parte de entretener añ niño, son muy adecuados para
ellos (aunque tengamos que hacer adaptaciones) ya que su forma de pensar es
todavía animista y la mayoría de estos cuentos dan vida humanizada a todo
animal y objeto que se presente. A parte de esto, también transmiten muchos
valores, que si es cierto que se pueden enseñar de muchas maneras, pero
leyéndoles cuentos también son una buena forma de que descubran algunos de
ellos. Espero en un futuro poder utilizar cuentos como los de los hermanos
Grimm y construir nuestras propias moralejas en clase a partir de lo que ellos
hayan entendido ya que no tengo que buscar transmitirles nada, si no que ellos
entiendan lo que se les lee a su manera. Creo que sería una buena forma de
descubrir estos cuentos, disfrutarlos y además obtener valores.
§
Webs recomendables
-
Cuentos de los hermanos Grimm: http://www.grimmstories.com/es/grimm_cuentos/index
-
Que hay que tener en cuenta en las adaptaciones:
-
Poesías infantiles:
-
El valor educativo de los cuentos populares:
Si empiezas el párrafo sobre Perrault con "Un poco más tarde"... solo puedo empezar a preguntarme en qué mundo paralelo el siglo XVII de Perrault pueda ser "un poco más tarde" que el siglo XX de Propp.
ResponderEliminarAdemás me he quedado sin conocer el ejemplo!!!! :)
Dickens no es un adaptador, es un autor. Solo os lo puede como ejemplo por la semejanza de la temática realista de sus novelas sobre niños con los cuentos realistas de Andersen. No debe aparecer en este bloque.
Falta que hagas también referencia al teatro folclórico y también a la poesía, que es el género que más manifestaciones realmente infantiles contiene. Es importante que estos poemas canciones y juegos pervivan en los niños, a pesar de las consolas.
Me ha gustado mucho tu articulo. Me ha aclarado las ideas que tenia equivocadas.
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