Durante
todo el cuatrimestre hemos conocido que es la literatura infantil, como
utilizarla, saber trabajar con ella, crearla, y animación para los niños… y
todo esto esté muy bien saberlo incluso es necesario que TODOS los futuros
profesores incluso los profesores que ejercen ahora lo sepan. Pero ese es un
tema aparte.
Pero
creo necesario hacer un bloque 0, en el que se hable de cómo aprenden a leer, a
escribir, y qué hacer con los niños que van más retrasados o lentos con el
resto de la clase. No podemos olvidarnos de estos niños, ya que por mucho que
trabajemos tan bien como no han enseñado, si se nos queda un niño colgando, mal
asunto, y muchas veces esto ocurre porque parten de una mala base, y considero
que los cimientos para trabajar luego la literatura tienen que estar bien
asentados, no vaya a ser que se nos quede como la torre de Pizza.
Primero
de todo debemos entender la lectura como una comprensión semántica, no como una
descodificación de signos lingüísticos. La edad para iniciarse en la lectura,
es un tema un poco disperso, ya que dependiendo de la pedagogía con la que se trabaje
se empieza antes o después, por ejemplo, en la educación convencional, es
decir, siguiendo el currículum. Hay otras pedagogías, como la Waldorf, que no
considera que el niño sea suficientemente maduro para empezar a leer si no está
bien entrado en las 6 años. Me gustaría algún día poder acercarme a algún colegio
con esta pedagogía y comprobar los resultados de aprender tan tarde a leer, ya
que solo he podido observar el método convencional, por lo que no puedo opinar
ni obtener conclusiones.
Por
otro lado existen diversas metodologías para iniciar al niño en la lectura.
Podemos creer que este proceso se basa únicamente en descodificar las letras en
nuestra mente y producir un sonido con nuestra boca. Para muchos docentes eso
ya es un logro, pero yo digo que no, que no es un logro, la comprensión debe trabajarse
desde el minuto 1 en que se empieza a leer, y existen muchos métodos que
trabajan asociando palabras con movimientos (kinestésico), con sonidos
(onomatopéyico), con dibujos (fotosilábico) o con imágenes (ideográfico). Este último
me llama especialmente la atención porque el niño era capaz de comprender el
texto escrito a través de las imágenes, es decir, a lo mejor había una imagen
que describía algo y una frase debajo donde ponía esa descripción, y el niño
son apenas descodificar ya sabía lo que ponía en esa imagen. Creo que este
método está muy bien, pero habría que empezar primer por unos más simples y
luego ya llevarles a las frases enteras. La parte emocional también está muy
implicada en los inicios del niño como lector, ya que obviamente estará más
interesado en leer cosas que se refiere a sí mismo que otras que no. Por ejemplo,
desde que empiezan a leer, podrían empezar a leer su nombre, el de sus amigos,
cualquier palabra que está relacionada con el niño y con lo que le rodea,
porque como ya sabemos, siempre es mucho más fácil aprender algo que forma
parte de nuestro entorno, es por ese motivo debemos hacer de su aprendizaje, su
vida.
Es
importante diferenciar entre aprender a leer y la motivación lectora, ya que se
complementan, pero eso no quiere decir que nos quedemos estancados en aprender
a leer durante toda la primaria como hacen muchos de los profesores muy
equivocadamente. La motivación a la lectura tiene un papel igual o más
importante que aprender a leer en toda la primaria. Un niño que no sabe leer
bien no debemos hacer que realice un trabajo mecánico leyendo obligado, sin o
que debemos motivarle mucho más que al resto para que consiga leer
adecuadamente.
Debemos
tener claro que no hay que hacer de la lectura algo fijo, es decir, poner unos
horarios para leer, ya que debemos hacer que los niños quieran hacerlo por su
propia cuenta. Pero centrándonos en el tema, que es el origen de la lectura, es
de vital importancia aprovechar los momentos que no sean únicamente de lectura,
si no que están enfocados a otros ámbitos para aprovecharlos y que la sigan
trabajando, es decir, si un niño está más interesado en la matemáticas debemos
aprovechar esos interesas para trabajar más la lectura de forma indirecta, ya
sea haciendo problemas (en los que se trabaja muchísimo la compresión y considero
que un buen lector está ligado a tener éxito matemático gracias a la compresión
que ha desarrollado), y si un niño adora la plástica, pues hagámosle trabajar
la plástica con texto. Quiero decir que también nosotros debemos adaptarnos y
darnos cuenta de los intereses de los niños para aprovecharlos para trabajar la
lectura de forma motivacional y comprensiva.
Está en
nuestras manos hacer que los niños estén interesados por la lectura y que
disfruten con ella, y no solo debemos contar con que los niños nos vengan ya
preparados para descodificar y empezar a trabajar correctamente con ellos la
lectura. El inicio de este proceso juega un gran papel en su futuro sobre este
ámbito, ya que si hacemos de él algo aburrido, mecánico y frustrante más tarde nos costará mucho más trabajo a
nosotros y al niño a que disfrute leyendo, que es el fin de todo el trabajo.
Es uno de los mejores artículos que he leído este curso. ¡Enhorabuena!
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