viernes, 24 de enero de 2014

AÚN NO ESTAMOS PERDIDOS...

Este tema es tan extenso que aun ya he empezado a escribir y en realidad no sé ni por dónde empezar…
Cada vez que pienso en la educación me vienen dos sensaciones totalmente contrarias, una de ellas es decepción y la otra es motivación. Pero, voy a empezar por el principio.

Cuando empecé en primer curso esta carrera no sabía que me estaba metiendo en la boca del lobo, no sabía absolutamente NADA. Yo pensaba que iba a estar chupado, que ser maestra no iba a ser nada del otro mundo y que era un trabajo fácil… bendita inocencia.

Yo no sé si lo mío es vocación o no, pero solo sé que cuanto más sobre la educación actual, mas pienso en este tema, y más preocupada estoy. Sobre todo después de las prácticas no puedo dejar de pensar en mis niños de 4º, lo que les espera. No quiero decir que desconfíe de los profesores de los colegios, pero es que son tantos los errores, en fin.

Tengo mucho miedo al futuro, pero también me siento con mucha fuerza. Tengo muchísimas ganas de entrar por fin en un colegio y poner los puntos sobre las íes, renovar por completo el sistema, empezando desde abajo y sé que será un trabajo duro, pero aunque sea un pequeño eslabón en todo este mundo.  La educación es un Derecho Humano, y educar no es hacer un niño obediente, que cumple las normas y que salga preparado para trabajar, y así el estado en el que vive siga manteniéndose…NO. Debemos quitarnos esta idea de la cabeza. Debemos entender la educación como mediador en el proceso evolutivo del niño, en el que él solo aprenda y yo solo le suministre las herramientas para que descubran lo maravilloso de la vida y que sepa disfrutarla. Yo no quiero ser una maestra fabrica-trabajadores, quiero hacer con ellos todo lo que no hicieron conmigo y dejar de hacer lo que mal hicieron conmigo. No es justo para ellos que llegue un profesor y no sepa la forma adecuada de educar, ¿por qué tienen que pasar por esto?¿qué queremos, reprimirles? No entiendo a los profesores  que no dejan de gritar, que siempre están enfadados, aburridos con su trabajo, de verdad no lo entiendo. Están trabajando con personas.

Tenemos que entender a los niños como el bien más preciado. Ellos son los que lucharan en un futuro para que el mundo vaya mejor, para que la justicia exista, por el respeto, por la dignidad humana, de todo lo que nos quejamos hoy, ellos lucharan para conseguirlo cuando nosotros no podamos levantarnos de la cama. DeberÍamos dejarnos la vida en ellos, no solo que aprendan a sumar y a dividir, a leer rápido, a correr más rápido y a que pinten mejor, si no hacer de ellos personas buenas, que se preocupen por los demás, que disfruten, que jueguen, que vivan. No quiero educarles para el gobierno, quiero educarles para ellos mismos. No quiero que sientan que hemos estado toda su vida instruyéndoles diciéndoles como deben comportarse, como deben hacer las cosas, como deben hacer su vida, eso es un atentado contra la vida misma, no podemos manipularles así, ¿a qué están jugando?

Quiero hacer de todos los alumnos que pasen por mi aula, niños con pensamiento crítico, que sepan hacer sus propias reflexiones y conclusiones y que no se dejen llevar por las masas, que elijan lo que quieren, y que luchen por lo que quieren. No debemos destrozar la naturaleza con la que nacemos, debemos respetar cada aspecto que nos caracteriza como personas y no intentar hacer de este mundo, un sitio sin salidas, sin oportunidad, y no quiero decir que les enseñe a buscarlas, si no que también les enseñare a que ellos mismos se creen esas oportunidades, la creatividad es fundamental para la vida, nos hace ser libres.


Es todo muy complejo, hay tanto por lo que luchar, cambiar; a día de hoy sigo estando confusa, siento pánico, por los niños que ahora se educan y por los que educaré yo, tengo miedo a no conseguir mis propósitos, quiero hacer de ellos hombres libres pero es difícil transmitirlo cuando con uno mismo han hecho lo posible para evitarlo. Es mi gran reto en la vida, hacer de el mundo de hoy, un mundo libre para el día de mañana, porque todo ser humano “nuevo” se lo merece, y los que ya estamos, también.

3 comentarios:

  1. Qué gran entrada Marta!! Qué verdades dices...
    Me he sentido totalmente identificada con todo lo que has dicho, con ese miedo, esa frustración, ese pánico, esa decepción de saber que las cosas se siguen haciendo mal y aún sabiéndolo nadie las cambia, y sobre todo esas GANAS.
    GANAS es lo que nos tiene que mantener aquí, alerta, luchando por cambiar las cosas que están mal y haciéndolas bien, aunque seamos un simple eslabón, si todos lo hacemos lo conseguiremos.
    ¿Sabes? Yo también tengo miedo, mucho mucho miedo, a no hacer las cosas bien, a convertirme en uno de esos maestros que no hacen nada por cambiar los errores. Pero hay que luchar contra ese miedo, y saber que lo haremos estupendamente.
    Estoy convencida de que harás todo eso que te propones con tus alumnos.
    Ánimo!! :)

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  2. Marta, preciosa entrada :)

    Quien no tenga miedo, es que no sabe el significado de "educación" y quien no tenga miedo...realmente no sabe cuánto tiene en sus manos. Tener miedo me parece precioso.

    Y creo que la vocación sale de dentro y lo que has escrito sale de dentro...

    Que suerte tendrán tus alumnos de tener una maestra tan comprometida.

    Abrazo grande :)

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  3. Preciosa, de verdad. Una entrada fantástica y una reflexión extraordinaria. ¡Y qué bonito lo que te han comentado tus compañeras!

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